Se lleva a cabo un estudio sobre enfermedades no transmisibles, y los resultados señalan que la salud está en retroceso en este ámbito.
La mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles continúa siendo un problema a nivel mundial y más de la mitad de los países están fuera de metas para alcanzar el objetivo de las Naciones Unidas para la reducción de un tercio de las muertes prematuras por dichos padecimientos mediante la prevención y el tratamiento para el año 2030, según un nuevo informe.
Siete de cada 10 personas en el mundo mueren de forma prematura por algún trastorno incluido dentro de los 4 grupos de enfermedades no transmisibles más comunes: enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reconoce que las enfermedades no transmisibles son un importante obstáculo al desarrollo sostenible y existe un compromiso entre los jefes de estado y de gobierno a elaborar respuestas nacionales que logren reducir las muertes. Sin embargo, a pesar de los compromisos internacionales y las agencias de cooperación internacional, los gobiernos hacen menos de lo que se espera de ellos para reducir estas muertes prematuras. Estas son declaraciones del Profesor Majid Ezzati, uno de los autores del informe, de la Escuela de Salud Pública, en el Imperial College London, en Londres, Reino Unido.
"Cada región tiene una mezcla de países que están progresando y otros que se encuentran estancados o en deterioro. Había esperanzas de que Latinoamérica y el Caribe tuvieran una disminución de enfermedades crónicas mayor de lo que se vio", expresó el Prof. Ezzati a Medscape en Español.
Resultados del Informe
El primer informe NCD Countdown 2030, un monitoreo independiente, producto de la colaboración de la revista británica The Lancet, la Organización Mundial de la Salud, el Imperial College of London y la alianza NCD, compara los datos de mortalidad por estas causas en 186 países.
El informe mostró que la mayoría de los países del mundo no cumplirá lo pactado, lo cual, a nivel global, es muy preocupante, porque además de África, entre los países que van a tener una carga importante de mortalidad prematura se encuentran China e India, los dos países más poblados del mundo. Latinoamérica tampoco es un ejemplo.
Brasil es el único país de Latinoamérica en camino de cumplir sus objetivos declarados de reducción de mortalidad por enfermedades no transmisibles para el año 2030. Argentina lo alcanzará solo en hombres y Costa Rica únicamente en mujeres. Ni siquiera España y Portugal lograrán sus metas.
En Brasil la situación no es ideal, la muerte prematura por enfermedades no transmisibles aún ocurre en 13,5% de las mujeres y 20% de los hombres (datos de 2016). Como comparación, en Japón estas cifras son 5,7% y 11,2%.
Así como en Brasil, la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles está disminuyendo en la mayoría de los países, pero lo que varía sustancialmente entre un país y otro, y enciende las luces de alerta, es el ritmo.
Necesidad de un cambio
Los resultados publicados ponen en evidencia que en uno de cada diez países el descenso de las tasas se estancó o empeoró directamente. En la lista de países de América donde los progresos se estancaron o hubo deterioro en ambos géneros, tenemos a Haití, pero en la lista de mujeres se encuentra Estados Unidos y en la de hombres aparece México.
Costa Rica fue el país donde se registró la menor posibilidad (9,4%) de que una mujer latinoamericana muera prematuramente por una de las cuatro enfermedades no comunicables más frecuentes, pero aun así su riesgo fue superior a países europeos como España (6,4%) y Portugal (7%), y distante de la mejor posicionada, Corea del Sur (menos de 5%).
Atención a los factores de riesgo
No se evaluaron las causas de la falta de progreso, pero se atribuyen de forma general al empeoramiento (o al menos falta de mejora) de los principales factores de riesgo, como presión arterial, diabetes, obesidad, uso de alcohol y tabaco, y dificultades para prevenir, tratar o controlar las enfermedades.
Para acelerar la reducción de las muertes prematuras por enfermedades no transmisibles, los autores piden políticas e intervenciones que disminuyan el consumo de tabaco y alcohol, incluidas las medidas fiscales y reglamentarias, como los impuestos, las etiquetas de advertencia, la restricción de la disponibilidad y la prohibición de la comercialización, la publicidad y el consumo en espacios públicos.
El hecho es que, por ahora, más de la mitad de los países del mundo no respetará sus promesas ni siquiera diez años más tarde de lo esperado. Los nombres de quienes no cumplan están en la lista de The Lancet con un objetivo: "Hacer rendir cuentas es en parte nombrar y avergonzar", sostiene el editorial publicado en la misma edición que divulgó el trabajo.
El trabajo fue financiado por Wellcome Trust y NCD Alliance. Se realizó por investigadores del Imperial College London, la Organización Mundial de la Salud, la University of Auckland, la University of Toronto, la Harvard T.H. Chan School of Public Health, la NCD Alliance, el South African Medical Research Council, el Center for Global Development, la Icahn School of Medicine at Mount Sinai, el National Cancer Center en China.
Comentario del Dr. Calleja Kempín
Podemos volver a contrastar como enfermedades relacionadas con la obesidad, como son enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas producen un porcentaje importante de muertes prematuras. Por lo tanto uno de los pilares debe de ser combatir esta epidemia de la sociedad.
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Dr. Ignacio Javier Calleja Kempin
Jefe del Servicio Médico-Quirúrgico “Madrid”
Hospital San Francisco de Asís
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