¿Qué son las dietas milagro?
Actualmente vivimos en una sociedad en la que el culto al cuerpo destaca como preocupación general entre la mayoría de los ciudadanos, los cuales cada vez más obsesionados por el aspecto físico nos sentimos atraídos por las famosas “dietas milagro”.
Estos regímenes corresponden a técnicas de adelgazamiento con una política común, la promesa de perder peso de manera rápida y sin esfuerzo y la primacía del beneficio económico frente a la promoción de una alimentación equilibrada basada en hábitos saludables.
Las dietas milagro son aquellas que usan diversas estrategias y argumentos pseudo-científicos para convencer de su efectividad y potencial. En general se caracterizan por ser desequilibradas y excluir del régimen numerosos alimentos necesarios para el organismo, además de tener en común un alto riesgo a corto y largo plazo, como consecuencia de unos malos hábitos alimenticios.
Estas dietas suelen estar prescritas por personas ajenas al campo de la nutrición y no tienen ningún rigor científico. Su éxito se basa principalmente en:
- Prometer un fácil y rápido adelgazamiento sin apenas esfuerzo.
- Una buena difusión publicitaria a través de los medios de comunicación.
- Utilizar personajes famosos como ejemplo de la eficacia de sus métodos, favoreciendo de esta manera la extensión de estas dietas fraudulentas por todos los hogares en poco tiempo.
¿Qué peligros presentan las dietas milagro?
Este tipo de dietas se basan principalmente en la reducción de la cantidad de calorías, y por tanto de la energía ingerida en la alimentación. La falta de energía provocada por una dieta hipocalórica es compensada por el organismo con la destrucción de proteínas, generando por consiguiente una importante pérdida de masa muscular y la probable aparición de cuerpos cetónicos, que constituyen un gran peligro para el organismo.
Cuando se abandona la dieta, esta fácil pérdida de peso crea un efecto rebote conocido como efecto “yo-yo”, el cual consiste en la rápida tendencia a recuperar los kilos perdidos, debido a que:
- Una vez finalizada la dieta, el organismo como defensa, incentiva el trabajo de mecanismos fisiológicos para compensar de esta manera el periodo de escasez sufrido, generando un mayor apetito en la persona y una mayor ingesta de alimentos.
- Cuando estamos realizando una dieta de este tipo, se produce una disminución del metabolismo y nuestro cuerpo quema energía más lentamente, por lo que al retomar nuestra dieta normal, recuperaremos el peso con mayor facilidad. Los kilos adelgazados se deben principalmente a la pérdida de líquidos y glucógeno y no a la pérdida de grasa corporal, que es de la que realmente hay que deshacerse para reducir la figura.
¿Qué tipos de dietas existen?
1. Dietas hipocalóricas o desequilibradas:
Regímenes monótonos con déficit de nutrientes, caracterizados por un bajo contenido energético debido al consumo poco variado de alimentos. Provocan un efecto rebote que, como hemos explicado, favorece el aumento de grasa y pérdida de masa muscular. Ejemplos:
- Dieta Gourmet
- Dieta de la Clínica Mayo (que, por supuesto, no tiene nada que ver con esa institución)
- Dieta Cero
2. Dietas disociativas:
Se apoyan en la teoría de que ningún alimento fomenta el incremento de peso, si no lo que favorece esta ganancia son las combinaciones de alimentos. Por lo que se puede comer cualquier tipo de alimento pero no durante las mismas comidas. Ejemplos:
- Régimen de Shelton
- Dieta Hollywood
- Dieta de Montignac
- Método Dukan
3. Dietas excluyentes:
Basadas en la drástica eliminación de un nutriente en la alimentación diaria. Dietas muy peligrosas que pueden conllevar problemas de salud irreversibles. Este tipo de regímenes no tienen justificación alguna desde el punto de vista de la ciencia nutricional. Ejemplo:
- Dietas cetogénicas: ricas en grasas y sin hidratos de carbono, como Dieta de Atkins.
La mejor solución para perder peso
Como recomendaciones para perder peso de una manera eficaz, destacamos que uno de los tratamientos más resolutivos consiste en el seguimiento de una dieta personalizada acompañada de una terapia psicológica que propicie una educación dietética y fomente unos hábitos alimenticios saludables. Eso sí, siempre realizando una práctica de ejercicio físico diaria, que contribuya al aumento de gasto energético.
Consejos de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO)
- Controlar siempre el tamaño de las raciones. Es conveniente que prime la variedad frente a la cantidad.
- Reducir o eliminar el consumo de alimentos energéticos o ricos en grasas saturadas.
- Realizar 5 tomas de alimentos al día, evitando estar muchas horas con el estómago vacío.
- Evitar la comida rápida.
- Comer despacio, dedicando unos 40 minutos a la comida del mediodía.
- Cocinar lo más saludable posible. Limita fritos y rebozados.
Conclusión
En definitiva lo más importante para perder peso es llevar una dieta saludable y variada y realizar ejercicio físico de forma continuada, y ante todo, no dejarse caer en restrictivas dietas bajas en calorías, sin supervisión médica, ya que constituyen un importante riesgo para la salud que nadie debería correr como:
- Riesgo metabólico.
- Desnutrición.
- Trastornos alimenticios como anorexia, bulimia y obesidad.
- Efectos psicológicos.
¡Así que ya sabes! toma nota y lleva a cabo una vida sana y saludable basada en una buena alimentación que contenga todo tipo de nutrientes. Convéncete de que las dietas milagro NO FUNCIONAN, y te acabarán pasando factura.
Para más información, consulta con nuestros especialistas a través de nuestro foro o nuestro formulario web.
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